Los Regalos y el Materialismo (y lo que de verdad tiene valor regalar, recibir y acumular).

Parece que vivamos atrapados en un bucle de regalar y acumular cosas.

Que si Navidades, Reyes Magos, cumpleaños, aniversarios, San Valentín…

¿Qué nos está pasando?

¿No tienes la sensación de que muchas veces medimos el amor y la importancia de los demás, en función del precio de los regalos que hacemos o recibimos?

Y ojo.

No tengo nada en contra de los regalos y lo material eh?

Simplemente quiero poner el tema en perspectiva…

… y reflexionar sobre qué forma nos relacionamos con ello.

¿Juzgamos a los demás por los regalos que nos hacen?

¿Creemos ser juzgados por los regalos que hacemos?

¿Creemos que el amor y aprecio que nos tiene una persona es proporcional al dinero que se ha gastado en el regalo?

Incluso a veces, regalamos cosas porque nos invitan a cenar…

… o porque simplemente nos regalaron ellos algo antes y nos sentimos en deuda.

Es como un bucle que no acaba.

La cultura del consumismo y el materialismo.

Joder con ella, eh?

¿Somos más felices por tener más cosas?

¿Crees que los demás te valorarán más si les regalas algo más caro?

Este materialismo vacío no solo afecta nuestras finanzas…

… sino también nuestra paz mental y la calidad de nuestras relaciones.

¿Qué buscamos realmente con los regalos?

¿Estatus? ¿Reconocimiento? ¿Amor? ¿Ser aceptados?

¿Nos sentimos mal si nos regalan algo y nosotros no lo devolvemos?

¿Nos sienta mal regalar algo y no recibir nada de la otra parte?

Muy importante hacerse preguntas de este tipo para ver cómo nos relacionamos con ello.

Es que a veces, esta dinámica llega a extremos absurdos.

Los niños reciben tantos regalos en Navidad que terminan desbordados.

Su capacidad de apreciar lo que tienen disminuye.

Y lo que debería ser una ocasión especial…

… se convierte en una acumulación de objetos que pronto olvidarán.

También ocurre entre adultos.

Como te decía… Parece que, si alguien te regala algo, automáticamente «te toca» devolver el gesto.

Se forma una cadena de obligaciones que convierte el acto de regalar en una simple transacción…

… en lugar de un gesto sincero.

¿Y entre los abuelos?

Madre mía con los abuelos…

A veces he visto cosas aún más problemáticas: la competencia por el amor de sus nietos.

¿Quién hace el mejor regalo?

¿Quién se gana más su cariño?

Se pierde de vista lo esencial, como si el amor pudiera comprarse.

A ver.

Está muy bien inventarnos excusas para celebrar y regalarnos cosas eh?

No digo que no, entiéndeme.

Pero… ¿siempre hay que regalar cosas materiales obtenidas con dinero?

¿No sirve regalar nuestro TEA?

Lo que podemos aprender de los niños

El valor de las cosas a menudo no tiene nada que ver con el precio.

Los niños pequeños son un claro ejemplo.

(Me refiero a cuando son suficientemente pequeños que aún no están condicionados por la cultura del sistema consumista/materialista).

¿Les gusta recibir regalos?

Sí.

¿Y a los adultos hacérselos?

También.

Pero si te fijas bien, los niños lo que más aprecian NO es lo material…

… sino el TEA de sus padres o de la gente que les rodea.

«-Mira papá.. ¡Mira esto! Mira cómo lo hago…».

¿Te suena?

«Con el tiempo he aprendido que la gente olvidará lo que dijiste y olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo los hiciste sentir.»

A esta frase de Maya Angelou, a mí me gusta añadir un matiz:

«La gente olvidará lo que dijiste, olvidará lo que hiciste (y obviamente lo que les regalaste), pero nunca olvidará cómo les hiciste sentir».

El regalo más valioso.

Mira.

Si el regalo es entre personas que se aprecian de verdad, lo más valioso que puedes ofrecer no es material.

Lo que realmente marca la diferencia es tu TEA:

Tu Tiempo, tu Energía y tu Atención.

El TEA es limitado, irremplazable y profundamente significativo.

Lo que más aprecian las personas que nos quieren no son objetos, sino nuestra presencia y dedicación.

Nuestro TEA.

Lo que le regalo a mi madre

Por ejemplo.

A mi madre cada año le regalo un papel que dice:

“Vale por un año de 2 sesiones semanales de entrenamiento funcional al aire libre con Coach Galo”.

Obviamente no es el papel lo que tiene valor…

… sino el compromiso de regalarle mi TEA y compartir tiempo de calidad (además de ayudarla a mejorar/conservar su salud física y mental).

Regala experiencias, no objetos.

Las experiencias y aprendizajes son lo único que merece la pena acumular.

Una cena especial, una escapada de fin de semana o incluso una clase de cocina juntos crean recuerdos que perduran y nutren cuerpo, mente y alma.

Hay mil opciones.

Además, evitas acumular objetos que solo ocupan espacio y restan paz mental.

Y si regalas algo material…

Si decides regalar algo material, asegúrate de que tenga un significado especial o un propósito práctico.

Pero también ten en cuenta un concepto importante: la adaptación hedónica.

Nos acostumbramos rápidamente a los placeres materiales, lo que nos lleva a desear más y más.

Lo que yo regalo a mis clientes

Desde hace 4 años, por Navidades regalo a mis clientes unas «nuecillas»:

un bombón saludable casero, hecho con tres ingredientes simples pero potentes: una nuez entera rellena de medio dátil bañado en chocolate 100%.

Cuando te lo pones en la boca y lo masticas bien, cuando se mezcla con la saliva la pasta que queda en la boca parece Nocilla (pero esta está procesada en tu boca y solo con 3 ingredientes sanos).

Además…

Incluyo una lista de «instrucciones de consumo» para mejorar la experiencia.

Y de paso practicar «mind-eating» mientras lo disfrutan.

Es gracioso y, para quienes siguen las instrucciones, la experiencia se transforma en algo mucho más especial.

Eso sí.

También están los que se lo comen todo del tirón sin prestar atención a las instrucciones ni nada.

Todo en orden.

Conclusión y recomendación final

El consumismo nos ha llevado a valorar más las cosas materiales que las conexiones reales.

Pero las relaciones significativas no se construyen con objetos.

Se fortalecen con tiempo, energía y atención.

Este año dale un giro a tus regalos.

Prioriza el TEA y las experiencias sobre los objetos.

Y si decides regalar algo material, hazlo con intención y significado.

Regala consciencia y crea recuerdos que valgan la pena.

Que tengas un gran día.


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