Mi opinión sobre la vía negativa: El poder de restar en lugar de sumar

Si hay algo que he aprendido a lo largo de los años, tanto como entrenador personal como mentor de hábitos, es que muchas veces lo que realmente necesitamos para avanzar no es añadir más cosas a nuestras vidas, sino eliminar lo que no nos está funcionando. Esta idea me la recordó la famosa serie Gambito de dama, donde la protagonista, Beth Harmon, encuentra la victoria no solo por su genio, sino por su capacidad para descartar todas las jugadas que no le sirven.

Este concepto, que en filosofía se llama la vía negativa, me ha acompañado mucho en mi vida personal y profesional. Es un enfoque que no solo aplica al ajedrez, sino a cómo vivimos, trabajamos y tomamos decisiones.


¿Qué es la vía negativa y por qué me interesa tanto?

La vía negativa es un concepto filosófico que tiene sus raíces en los antiguos pensadores, como Sócrates, que hablaban de una “voz interior” que no decía qué hacer, pero sí nos ayudaba a evitar lo que no debíamos hacer. Es la forma de pensar que define lo que algo es a través de lo que no es. En vez de buscar la respuesta perfecta, la vía negativa nos enseña a eliminar las opciones equivocadas.

Miguel Ángel, por ejemplo, hablaba de su proceso para crear su famosa escultura del David: «Quité del bloque de mármol todo lo que no era él.» En vez de añadir más detalles, simplemente eliminó lo que sobraba hasta que quedó la imagen perfecta. Esto se puede aplicar a cualquier área de nuestra vida: no es tanto acerca de lo que debemos añadir, sino de lo que debemos eliminar.


¿Cómo descubrí la vía negativa?

Lo confieso: en los primeros años de mi carrera como entrenador personal y mentor de hábitos, cometí el error de intentar hacer más para obtener mejores resultados. Creía que más contenido, más entrenamientos y más objetivos eran la solución. Pero, como me pasa a menudo, la vida me enseñó que menos es más. Fue cuando empecé a aplicar la vía negativa de forma práctica que comencé a ver los cambios más significativos, tanto en mis clientes como en mí mismo.

En mi trabajo con clientes adultos que luchan por integrar hábitos sostenibles, he visto que, a veces, el verdadero progreso no está en añadir más actividades, sino en eliminar las que no aportan nada a sus vidas. Si estás sobrecargado, saturado de información y haciendo cosas que no funcionan, es muy difícil avanzar. La vía negativa me ha permitido ayudarles a simplificar su enfoque y hacer más con menos.


Beneficios que he experimentado con la vía negativa

  1. Más claridad mental: Al eliminar las distracciones, los hábitos y las tareas que no aportan valor, tu mente queda más libre para concentrarte en lo que realmente importa. Esto genera un enfoque más claro en los objetivos.
  2. Menos estrés y ansiedad: Vivimos en un mundo que nos dice que hagamos más, pero esta mentalidad solo genera agotamiento. La vía negativa me ha permitido eliminar lo innecesario, lo que reduce el estrés y me permite avanzar con más tranquilidad.
  3. Mejores resultados con menos esfuerzo: Como entrenador, me he dado cuenta de que muchos de mis clientes no necesitan más ejercicios o más contenido, sino menos pero mejor enfocado. Aplicar la vía negativa les ha permitido simplificar y centrarse en lo que realmente importa.
  4. Mayor productividad: Al eliminar tareas innecesarias y simplificar mi enfoque, he conseguido avanzar más rápido en proyectos importantes, sin sentir que estoy corriendo en círculos.

Mi opinión personal sobre la vía negativa

Para mí, la vía negativa ha sido un cambio de paradigma. Cuando empecé a usarla de forma más activa en mi vida y en mi trabajo, empecé a darme cuenta de que muchos de los problemas que enfrentaba, tanto en mi negocio como en mis hábitos personales, eran resultado de intentar añadir más en lugar de eliminar lo que ya no me servía.

Hoy, soy mucho más consciente de lo que no debo hacer que de lo que debo hacer. Eso ha tenido un impacto increíble en cómo gestiono mi tiempo, mi energía y, sobre todo, mi enfoque. He aprendido que no se trata de estar ocupado todo el tiempo, sino de ser más selectivo con lo que realmente tiene valor. Cada vez que simplifico, elimino y dejo ir lo que no sirve, siento que avanzo más rápido.

El éxito, para mí, no es una cuestión de acumular logros, sino de aprender a evitar los errores que nos retrasan. Cuando aprendes a no equivocarte, ya has ganado.


La vía negativa en mi mentoría de hábitos

Lo interesante de este enfoque es que, en lugar de llenar el camino de mis clientes con más objetivos y más «tips» sobre salud, me he enfocado en ayudarles a eliminar los obstáculos y las creencias que les frenan. En mi mentoría, por ejemplo, en lugar de proponerles más cosas para hacer, los ayudo a identificar lo que les está saboteando: la procrastinación, la falta de descanso, los hábitos poco saludables que, aunque pequeños, suman para alejarlos de sus metas.

Lo que más me gusta de la vía negativa es que es aplicable a todo: en los hábitos, en los negocios, en las relaciones. Si te concentras en lo que no funciona y lo eliminas, el espacio que queda es mucho más claro para que puedas avanzar con más efectividad.


Conclusión

Al final, la vía negativa es una forma de pensar que va contra la corriente de la cultura actual, que nos empuja a hacer más, ser más y tener más. Pero como he aprendido, no se trata de eso. Se trata de saber qué eliminar, qué dejar ir y qué poner en su lugar.

En lugar de buscar más información, más estrategias o más hábitos, pregúntate: ¿Qué puedo eliminar hoy para estar más cerca de mi objetivo? Este proceso de simplificación no solo te ahorrará tiempo y energía, sino que te ayudará a avanzar con mucha más claridad.

Ganar no siempre consiste en hacer más, sino en hacer menos, pero con más enfoque y con menos ruido. Esa es mi lección sobre la vía negativa.


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