M1: Caminaré más y me sentaré menos

¿Qué es ser sedentario? ¿Por qué es malo?

Ahí vamos con el primero de Los 10 Mandamientos para perder grasa y que no vuelva.

Primero el contexto

Nuestro cuerpo fue creado para una relación entre movimiento y quietud muy diferente a la que tenemos hoy en día.

En 100 años nuestros genes apenas han cambiado, ¡pero nuestro entorno ha sufrido una transformación radical! 

Uno de los cambios más importantes es el proceso de conseguir comida.

Antes el aporte energético de los alimentos que comíamos era similar al gasto energético que destinábamos a conseguirlos.

Hoy, por el contrario, los “alimentos” cada vez son más calóricos y tenemos que destinar menos calorías para conseguirlos…

Hace 10.000 años teníamos que cazar y recolectar nosotros mismos, pero no hace falta irnos tan lejos…

Hace poco más de 50 años los oficios eran mucho más físicos, mediante los que conseguíamos el dinero para ir al mercado, intercambiarlo por los alimentos (materias primas) que necesitábamos y cargarlos (con nuestro cuerpo) hasta nuestras casas para cocinarlos.

Hoy, nos pagan por estar sentados.

Y con ese dinero vamos al restaurante para que nos lo sirvan a la mesa, nos lo lleven a casa, o como mucho, ir al supermercado, llevarlo en el carrito hasta el coche, del coche al ascensor, y del ascensor al frigorífico… 

Ése es todo el esfuerzo físico que tenemos que hacer…

Todo esto me lleva a una primera reflexión:

El estilo de vida de nuestros antepasados era mucho más activo, ¡pero lo era por necesidad!

Los humanos siempre seremos comodones por naturaleza.

Nuestros genes estás programados para cansarnos lo mínimo y comer lo máximo, para así ahorrar y acumular la máxima energía posible.

Antes esto era una cualidad buena para la supervivencia.

Hoy, supone todo lo contrario…

Conclusión:

No podemos cambiar nuestros genes y hacer que se adapten a este entorno.

Lo que sí que podemos hacer es entender estas nuevas circunstancias y adaptar nuestros pensamientos (y nuestra conducta) a ellas.

Créeme, es entrenable.

Hecha esta reflexión, vamos con algunas recomendaciones…

Recomendaciones prácticas

Lo de “Caminaré más y me sentaré menos” es una manera de simplificarlo.

Lo realmente importante es eso…

Lo típico:

Evitar ser sedentario…

¿Qué significa esto?

Pues ser activos y movernos, sí…

Pero hay algo más importante que hay que entender, y es lo de evitar largos periodos de tiempo en la misma posición.

No existe una posición perfecta. El movimiento es la clave.

Tampoco existen posiciones perjudiciales en sí mismas. El problema es el tiempo que pasamos en ellas.

Recuerda:

“La dosis hace el veneno”.

Caminar está muy bien, pero a partir de cierta dosis, más no es mejor.

La dosis recomendada es entre 8.000 y 12.000 pasos diarios, pero esto siempre dependerá de cada persona y sus circunstancias…

Sentarse en el sofá tampoco es malo de por sí… El problema, de nuevo, es la dosis…

Hay que encontrar el equilibrio que nos beneficie.

Otro tema es la posición que adoptamos al sentarnos.

¡Muchas veces nos sentamos con las lumbares en vez de con el culo!

Además, cuanto más cómoda es la posición, más tiempo es probable que pasemos en ella y por tanto, que nos excedamos en la dosis…

Si tienes que sentarte, sea donde sea, intenta, al menos, ir moviéndote y cambiando de posición, levantarte mínimo cada 45min para al menos extender la cadera y apretar los glúteos.

Utiliza “excusas” a tu favor, como por ejemplo ir al baño, o cuando estés trabajando en la oficina, ir a por agua o a consultar el móvil… ¡No te lo dejes todo tan a mano!

Una “auto-norma” que a mi me funciona bastante bien es: Cada vez que hablo por teléfono, levantarme y caminar.

Evita ser sedentario

Y por supuesto, las recomendaciones más básicas (que las veo tan obvias que casi se me olvidan):

  • Más escaleras y menos ascensores.
  • Más desplazarse a pie y menos con vehículos a motor.
  • Más conversaciones paseando y menos calentando sillas.

Y re-descubre eso que hacíamos cuando éramos niños (cuando no éramos unos troncos) de sentarse en el suelo.

¿Somos menos adultos por ello?

A parte de ser una manera de no estar tan cómodos y que nos hará cambiar de posición a menudo, quizá nos permita recuperar algo de la movilidad de cadera que teníamos en nuestra infancia.

En definitiva…

La clave está en los pequeños detalles. ¡Todo suma!

Bueno, espero haber arrojado un poco de luz en todo este tema…

Para terminar voy a hacerte unas preguntas para que puedas reflexionar y “ponerte nota” más fácilmente:

¿Cuántos pasos caminas diariamente?

¿Utilizas ascensor o subes por las escaleras?

Cuando te sientas, ¿cuánto tiempo dura? ¿Sueles frecuentar la misma posición?

¿Utilizas el transporte motorizado siempre que puedes o solo cuando es imprescindible?

La frase:

“Sobreestimamos lo que podemos conseguir en un año y subestimamos lo que podemos conseguir en cinco”.

Pequeñas acciones —> Grandes resultados.

Salud y Buenos Pensamientos,

Coach “el que agradece cuando hay escaleras” Galo.

PD: La Píldora Matutina que practicamos todas las mañanas en directo en el Gimnasio Indomable es mágica para combatir los efectos del sedentarismo. Por si quieres una alternativa para poder practicar desde tu casa.


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